16 noviembre 2013

«Para que sean uno»

«para que sean uno»SERVICIO DE COMUNICACIÓN, DOCUMENTACIÓN Y RECURSOS
COMISIÓN DIOCESANA DE ECUMENISMO,
RELACIONES CON EL JUDAÍSMO, EL ISLAM Y LAS RELIGIONES
Noviembre de 2013 - Nro. 8


Después de algunos meses de silencio, retomamos este envío periódico de la Comisión Diocesana de Ecumenismo. Queremos compartir con ustedes algunas noticias del camino común de las iglesias.
Como siempre, pueden encontrar más información y recursos para las comunidades en nuestro blog (http://unidadquilmes.blogspot.com.ar/). Los invitamos a dar una mirada en especial a dos acontecimientos:

• El primero, más local, nos toca bien de cerca: el 8º Encuentro Nacional de Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) de Argentina y de países limítrofes, realizado en Quilmes a mediados del mes pasado. Para la clausura del evento, el lunes 14 de octubre, se realizó una celebración ecuménica, preparada por el equipo organizador conjuntamente con la Comisión de Ecumenismo de nuestra Diócesis. La oración se desarrolló en un clima festivo, y la memoria del Padre Obispo Jorge Novak ocupó un lugar destacado. Fue ocasión para reafirmar una vez más la vocación ecuménica de la Iglesia y especialmente de Diócesis de Quilmes. Aquí les ofrecemos una breve crónica de la celebración.

• El segundo acontecimiento, de alcance global, es uno de los momentos más relevantes del movimiento ecuménico contemporáneo: la 10ª Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que acaba de celebrarse en Busán, República de Corea, del 30 de octubre al 8 de noviembre.

La Asamblea, considerada el órgano de gestión más importante del CMI, se convoca cada 7 años y, a pesar de que la Iglesia Católica no es miembro, estuvo presente por medio de una delegación fraterna en calidad de observadora.

El tema de la asamblea de Busan fue esta breve oración: “Dios de vida, condúcenos a la justicia y la paz”. Esos temas estuvieron bien presentes en los diálogos, plenarios y otros espacios de encuentro. En una Corea dividida entre Norte y Sur, la Asamblea tuvo ocasión de reflexionar y orar sobre el rol de las iglesias cristianas en un mundo dividido por injusticias económicas y sociales, por diferencias étnicas y de clase, por enfrentamientos y guerras.

Fue además ocasión para evaluar el camino ecuménico de las últimas décadas, que transcurre en lo que suele ser descrito como un “tiempo de crisis y transformaciones”. Algunas voces hicieron notar los desafíos de este momento histórico, principalmente los que provienen de la creciente conciencia del pluralismo religioso mundial. Las Iglesias de América Latina y el Caribe, en particular, pidieron una mayor atención a su palabra y su testimonio en estos espacios de encuentro internacional. Y hubo quienes se preguntaron por la eficacia de los medios con que cuentan el CMI y otras organizaciones para ayudar a avanzar hacia la unidad plenamente visible de quienes creemos en Cristo.

El tono de la Asamblea fue, no obstante, esperanzado. Lo afirmó desde el comienzo el Moderador del Comité Central, Rev. Dr. Walter Altmann, al señalar que “el CMI no perdió su voz profética en el mundo”. Lo confirman documentos de convergencia como “La Iglesia: Hacia una visión común” (un documento de primera importancia, que espera ahora la recepción y devolución de las iglesias locales), o las declaraciones sobre “Misión y evangelización en contextos cambiantes” y “Testimonio cristiano en un mundo de pluralismo religioso”. El Secretario General del CMI, el Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, se hizo eco de esta esperanza tanto en su informe inicial como durante la conferencia de prensa en la clausura del evento, cuando decía: “Esta Asamblea ha dado un importante impulso al movimiento ecuménico. (...) El CMI desempeña un papel fundamental participando en la reflexión ecuménica más amplia sobre la definición de la misión y la evangelización y sobre las iniciativas asociadas. (...) Poseemos un legado de importantes debates sobre misión, pero también representamos una riqueza de tradiciones y prácticas cotidianas de las iglesias”.

En su Mensaje Final, las y los participantes de la Asamblea reafirmaron la voluntad común de “avanzar unidos”, invitando a “unirse a la peregrinación por la justicia y la paz”. Así, llamaba a “todas las personas de buena voluntad a comprometer sus dones, recibidos de Dios, en acciones transformadoras” y a las iglesias cristianas a “ser comunidades de curación y compasión” y a “sembrar la buena noticia para que brote la justicia y descienda la paz profunda de Dios sobre el mundo”.

El nuestro blog hemos dispuesto una página especial sobre la 10ª Asamblea del CMI, con las crónicas diarias, las noticias e intervenciones más relevantes, la documentación de la Asamblea y algunas voces de América Latina. Seguiremos completando esta página a medida que aparezcan las versiones oficiales en español de los documentos aprobados.

De parte de la Comisión Diocesana de Ecumenismo, reciban nuestro saludo fraterno en la certeza de que el Dios de vida nos anima, también a nosotros, a seguir haciendo camino junto a todas las personas que creen en Cristo, al servicio de la justicia y la paz de Dios en nuestra tierra.

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