06 agosto 2015

“Con SAN CAYETANO Renovemos la mirada”

 - P. FERMÍN GAUNA - PÁRROCO DE SAN CAYETANO DE QUILMES


El año que viene, cumple 40 años nuestra diócesis de Quilmes, por eso nos unimos a ella, en este tiempo de preparación de nuestra fiesta patronal. Para nosotros los cristianos es un desafío continuo renovar la mirada, ya que como espíritus encarnados que somos, mientras transitamos nuestra historia en este tiempo, vivimos en la tensión permanente entre la carne y el espíritu, entre el hombre nuevo y el hombre viejo, entre lo individual y lo colectivo, entre el bien personal y el bien común, aparecen nuevos horizontes culturales que confrontan nuestros esquemas y formas de pensar, de sentir, de valorar, de actuar. Las necesidades de hombres y mujeres de este tiempo nos interpelan, especialmente la de los jóvenes. Existen situaciones de extremas miserias que nos golpean los ojos y el corazón. No son solo las materiales, sino también las existenciales, muchísima gente que no encuentran sentidos para vivir… muchos se sienten vacíos, insatisfechos, infelices… no pueden descubrir en la sencillez de lo cotidiano aquello que los llene… perdiendo la capacidad de asombro (ver sin sombras)… donde el vivir es una pesada costumbre. Sus días son grises, tenebrosos, opacos y tristes. Así es la vida del que no puede despegar del peso de lo rutinario, de lo viejo, del cansancio propio del rencor continuo, de viejas heridas que nunca cierran, de los muertos que ya no están generando eternas añoranzas (dejen que los muerto entierren a sus muertos, dice el Señor). Por eso nos llama nuestro maestro a hacernos como niños, para aprender de ellos a mirar cada cosa, cada acontecimiento con ojos nuevos, el desafió es vivir en el aquí y ahora, disfrutando de la alegría de estar vivos. Cito una estrofa del poema “Resucitar” del poeta Tejada Gomez: “El que nace a la ternura, vence la muerte cotidiana, abre las puertas de la vida, y tiene un niño en la mirada”. Me parece de una belleza extraordinaria… ¡bendito sea Dios por la vida que nos regala!… ¡bendita la vida que nos llena de luz en la ternura compartida!… ¡bendito el amor que nos llena de sabor y de dulzura!… ¡bendito sea el autor de tanta belleza! ¡Bendito sea el que nos regalo estar vivos!... ¡gracias… gracias… gracias Señor! Parafraseando lo de 1ra. Corintios 13:12… “ahora vemos torpemente como en un mal espejo, cuando se manifieste lo veremos tal cual es”.

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