01 abril 2015

“Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron”

MENSAJE DE PASCUA – 2015
“Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron” (Lc. 24, 31)


¡FELIZ PASCUA, HERMANAS Y HERMANOS!

1. “RENOVAR LA MIRADA”  es el lema que nos acompaña en este año del trienio pastoral, preparándonos a  celebrar los 40 años de la Diócesis de Quilmes.
Nos cuenta el evangelio de san Lucas que el día de la Pascua, el Señor resucitado se aparece a dos discípulos que se volvían tristes a su pueblo de Emaús, “pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran”. 
El Señor resucitado es quien nos renueva la mirada. Al llegar a Emaús, los muchachos le dijeron: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba. Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista” (Lc. 24, 29-31).
El verdadero encuentro con Cristo se efectúa por las Escrituras y por el símbolo sacramental del pan partido y entregado. Desde aquí, la profesión de fe. Desde aquí, empezó a arder el corazón y se abrieron los ojos. Se RENOVÓ LA MIRADA. Todo el camino de tristeza se trueca en alegría intensa. El camino de deserción y huída, se torna de regreso a la comunidad de los hermanos. El desconcierto y la desesperanza, en luz y amor fraterno. (P. Fernando Boasso. La palabra dominical)

2. Los discípulos, renovados en su mirada, vuelven corriendo a anunciar la alegría de ese encuentro. El fruto inmediato del encuentro personal con Cristo y su amor es el gozo del corazón. La alegría pascual del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Él siempre nace y renace la alegría (EG 1).
Jesús ha venido al mundo para enviarnos. La misión debe inspirar nuestra tarea evangelizadora  desde la perspectiva de una“conversión pastoral”, de tal manera que todas nuestras acciones se vuelvan más misioneras. Renovemos esta mirada sobre nuestra pastoral diocesana. Que la pastoral ordinaria, en todas las instancias, sea más expansiva y abierta, que nos coloque a los agentes pastorales – empezando por mí, por los sacerdotes y diáconos- en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad (Cfr. EG 27)
En esta mirada pastoral expansiva y abierta, quiero hacer memoria agradecida de Osvaldo Tondino, que vivió su pascua el pasado viernes 27 de marzo. Fue el impulsor y alma vital del “Departamento de Trata de personas y delitos conexos” de la Vicaría de la Solidaridad. Es un ejemplo de cristiano que no se quedó en el cómodo “habría que”, sino que fue un hombre de acción decidida y de coraje. Encontró en el ámbito de la Iglesia su espacio para canalizar su caridad concreta con aquellas y aquellos que la mayoría olvida. Su muerte es una palabra viva para todos. Un ciudadano con todas las letras. Formó equipos, preparó a otros. No fue una “estrellita”, ni lo obnubiló la tentación del poder. Lo apasionó el servicio, y la muerte lo encontró sirviendo. Asumiendo responsabilidades que la sociedad espera de otros que, con responsabilidad delegada, deberían asumir. La fe lo llevó a compartir con hermanos de otras diócesis, también con hermanos de otras creencias y no creyentes. La Iglesia de Quilmes, por mi intermedio, ruega por él para que el Padre misericordioso lo reciba en su Reino. Y agradecemos a su familia, por haber compartido con nosotros la vida y el tiempo de Osvaldo. El Señor resucitado sea su consuelo. ¡Gracias!

3. Durante la Cuaresma hemos realizado el gesto de la Campaña de Fraternidad, animado por Caritas Diocesana, con el objetivo de avanzar en el proyecto de un Refugio para personas en situación de calle. Agradezco la generosidad de todos. Como los discípulos de Emaús, al decirle al Señor “quédate con nosotros”, ofrezcamos albergue al que va de camino, al que está solo y desamparado. Ofrezcamos el hogar de nuestro corazón.

4. El próximo sábado 11 de abril, el Papa Francisco convocará oficialmente el “JUBILEO DE LA MISERICORDIA”. Esa tarde, en la Basílica de San Pedro, ante la Puerta Santa, leerá la bula de convocatoria del Año Santo Extraordinario, en las vísperas del Domingo de la Misericordia. La apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro será el próximo 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016.
Será un Año Santo de la Misericordia, vivido a la luz de la Palabra del Señor: “Sean misericordiosos como el Padre” (Cfr. Lc. 6, 36). Es presentado como un camino de conversión espiritual, en el cual no debemos cansarnos de pedir perdón. Un camino penitencial, con el corazón abierto, durante un año, para recibir la misericordia de Dios.
Providencialmente coincide con la celebración de los 40 años de nuestra diócesis. El año 2016, en nuestro trienio pastoral, será el AÑO DE LA MISIÓN. Es una oportunidad para buscar de qué manera nuestra Iglesia quilmeña puede hacer más evidente su misión de ser testigo de la misericordia de Dios. La misión como expresión de la misericordia de Dios. El próximo Año Santo tiene que ayudarnos a “encontrar la alegría de hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos llamados a dar consuelo a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo” (Francisco, Celebración penitencial. Homilía.13/3/15).


Hermanas y hermanos, a cada uno: ¡FELICES PASCUAS!

 



+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes

Quilmes, abril de 2015






Aprovecho para saludarlos y desearles que Jesús Resucitado los bendiga. 
Luis Martín Albarracín

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