21 enero 2014

"Descalzo sobre la tierra roja"



Eduard Fernández, junto a Pedro Casaldáliga en la Amazonía

Escribano: "Algo así como un 'western' con fuerte carga espiritual"

Se rueda "Descalzo sobre la tierra roja" sobre Pedro Casaldáliga

Coproducción hispano-brasileña, con Televisió de Catalunya (TV3), Televisión Española (TVE), TV Brasil




"Casaldáliga tuvo "un verdadero pulso religioso" con Joseph Ratzinger, hoy Papa Benedicto XVI y entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe"

La liturgia solidaria del obispo español Pedro Casaldáliga, que durante décadas fue en Brasil la voz de los indios, los sin tierra y los más pobres, llegará a la televisión convertida en serie por su compatriota Francesc Escribano.
"Es la historia de alguien que vino para tratar de convertir a la gente y que acabó convertido a la tierra", declaró a Efe Escribano, quien filma la serie "Descalzo sobre la tierra roja", que se basa en un libro testimonial del mismo nombre que él escribió sobre la vida del obispo que llegó al Brasil más profundo en 1968 para quedarse.
Don Pedro CasaldáligaEl rodaje se lleva a cabo en Sao Félix do Araguaia, un humilde poblado del interior del estado de Mato Grosso, donde Casaldáliga aún reside, con 84 años de edad y lúcido pese al mal de Parkinson que padece desde hace tiempo.
En ese mismo lugar, Escribano conoció a Pere Casaldáliga en 1984, cuando le hizo la primera de las entrevistas que luego dio lugar a "Descalzo sobre la tierra roja", el libro que publicó en 2002.
Tanto ese libro como el "documental-ficción" que filma ahora son para el periodista español "algo así como un 'western' con fuerte carga espiritual", que describe el duro paisaje humano que encontró Casaldáliga cuando llegó a Sao Félix do Araguaia.
"Esta parte del Mato Grosso era en 1968 una región dejada de la mano de Dios, extremadamente violenta, y con los indios en una lucha feroz por sus tierras con terratenientes que no perdonaban", indicó Escribano por teléfono desde esa ciudad.
La historia que se lleva ahora a la televisión retrata esa lucha y la forma en que el obispo catalán se implicó en ella hasta abrazar la Teología de la Liberación, una corriente teológica nacida entre los movimientos de base de la Iglesia católica en Brasil y que luego se expandió por el resto de América Latina.
Por esa causa, Casaldáliga volvió a Europa en 1988, por primera vez desde que llegó a Mato Grosso.
Pero lo hizo porque "fue llamado a capítulo" por el Vaticano, dijo Escribano, quien explicó que esa ida a la Santa Sede es uno de los hilos conductores de la trama.
En esa oportunidad, además de tener una audiencia con el Papa Juan Pablo II, Casaldáliga tuvo "un verdadero pulso religioso" con Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI y entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que condenaba los principios "marxistas" que identificaba en la Teología de la Liberación.
Durante el rodaje de esta producción, que demandará ocho semanas en Sao Félix do Araguaia, Escribano dijo que "todo el pueblo" y el propio Casaldáliga pasan por "una auténtica revolución", al revivir pasajes de su propia historia "que muchas veces no son los mejores".
El obispo recibe casi a diario a parte del elenco y, según dijo Escribano, siempre les atiende con una misma frase que alude a su delicada salud: "Estoy vivo".
El proyecto es una coproducción hispano-brasileña en la que participan Televisió de Catalunya (TV3), Televisión Española (TVE), TV Brasil y las productoras Minoría Absoluta y Raiz Produções.
La producción tendrá un coste cercano a los tres millones de euros, que han sido financiados en parte por empresas de ambos países, entre las que Escribano mencionó a las españolas Endesa y Mapfre y a la estatal brasileña Petrobras.
El rodaje cuenta con más de 1.200 figurantes de la propia zona de Sao Félix do Araguaia y en el papel de Casaldáliga trabaja el actor español Eduard Hernández.
"Trabajé ya en 25 ó 30 filmes, pero este es el personaje más especial, más importante que me ha tocado" y para el cual "necesité vaciarme para poder hacer a un Pedro limpio y asumir el compromiso que él ha tenido durante su propia historia", dijo Hernández.
Una historia que, según Escribano, el "obispo de los pobres" hubiera querido escribir y reflejar de otra manera.
"Dijo que quería evitar el 'beneficio propio', que preferiría un filme sobre las causas y no sobre una persona concreta", porque la historia de sus luchas "ha sido comunitaria", explicó Escribano, quien confesó que sólo "a medias" ha podido complacer ese deseo. (RD/Efe)

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