26 agosto 2012

IAM

Comenzamos el mes de la IAM y, en vista a los 170 años de vida de la Obra, vienen a mi, mucha gratitud al Señor por todo lo que la IAM hace humildemente a través de sus niños, adolescentes y animadores: muchos lugares donde llega la persona de Jesús, muchos lugares que son abrazados por nuestra oración confiada y sencilla, muchos lugares donde gracias a la generosidad material de cada uno, se ayuda a cubrir algunas necesidades principales. Pensando en este mes en los que cada diócesis de modo particular, creativo y hermoso prepara distintas actividades para compartir a Jesús con todos, me parecía oportuno comenzar nuestro mes, profundizando las PROCLAMAS que los niños y adolescentes tan profundamente expresaron en el 1er. ENIAM. Ellas son frutos de su experiencia de Jesús y de su camino misionero.

Por eso, en este mes ayudemonos todos a poder hacer vida estas reglas de oro, a profundizar cada item y a centrarnos en Jesús, Aquel por el cual nuestra misión tiene sentido. Los niños y adolescentes de la Obra Pontificia de la Infancia y Adolescencia Misionera de la República Argentina, proclamamos que: Reconocemos a Jesús como fuente y dador de VIDA, lo descubrimos: Porque nos sentimos amados por El.

En nuestro encuentro personal con El, que busca ser cotidiano y profundo, de mucha confianza, alegría y paz. En los momentos de oración, en la eucaristía, en la reconciliación, en la naturaleza, compartiendo con la familia, los amigos y en nuestros encuentros de la IAM. En los momentos difíciles, en el dolor y las necesidades, cuando estamos tristes y nos sentimos solos. Cuando buscamos ser testigos coherentes y perseveramos en la Fé. 

Cuando defendemos la vida desde nuestro lugar. Para ser verdaderos misioneros de la Vida que nos ofrece Jesús, tenemos que: Dedicar más tiempo a la oración y dar testimonio de vida cambiando nuestras malas actitudes. Superar la vergüenza para poder hacer y decir lo que creemos, sin miedo a que las personas no lo acepten o se burlen.

Formarnos y utilizar adecuadamente los medios de comunicación que están a nuestro alcance. Ser más comprometidos y responsables con nuestras comunidades, respetando diferentes opiniones y comunicándonos mejor con nuestros párrocos.

Ser más creativos en el anuncio para salir de nuestro encierro e ir al encuentro de los otros.
Por eso, los niños y adolescentes de la IAM queremos ser misioneros del Dios de la Vida, llevando a todos su mensaje de esperanza, brindando amor cada día, viviendo como Jesús nos enseñó a través del servicio concreto y el testimonio de vida, y anunciar con alegría, invitando y animando a todos para que conozcan a Jesús. 

Que Jesús Misionero del Padre nos ayude especialmente en este mes a encarnar estas proclamas.

Que tengamos todos un hermoso mes de la IAM
 
 ¡¡De los niños y adolescentes del mundo… Siempre amigos!!
 — Agosto 2012 - Infancia y Adolescencia Misionera - IAM- Quilmes
 




 


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