21 julio 2012

Los laicos en este momento de crisis eclesial

(Apuntes tomados en la exposición de Simón Pedro Arnold en Quilmes)
Jueves 19 de abril, 2012. Pquia. Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro.

“…Lo que les comparto son interrogantes. No recetas. Hay que desplegar el
arte de escuchar e interrogar la realidad. Como Jesús…” ( S. P. Arnol)

Los laicos son la Iglesia
Jesús no creó una religión. Es un judío radical, sí propuso una experiencia nueva de comunidad: el Reino. Recrear todas nuestras relaciones a diario al estilo de Jesús (Lc 4).
El Reino es algo dinámico, reconstruir cotidianamente las relaciones a todos los niveles.
Jesús, lo que viene, es a proponer es una especie de prototipo de pueblo evangélico. Jesús junta el agua y el fuego. Al elegir sus discípulos, los hay corruptos, fariseos, guerrilleros, pescadores.
La Iglesia es una comunidad de Reino. Al principio los cristianos estaban en el templo, iban cotidianamente. Luego son excluidos del templo y de Jerusalén. La tentación fue entonces construir un sistema religioso. El carisma del Reino se reestructura en religión.
La primera gran crisis de fe y eclesial, es que Jesús no vuelve pronto. Hay que instalarse para durar.
De comunidad de Reino se transforma en sistema religioso cuyo objetivo es durar.
El fundamento original de la Iglesia es el Bautismo. No había diferencias como decía Pablo, todos eran bautizados.
El fundamento del sacerdocio ministerial, es el sacerdocio común de los bautizados. La Iglesia se va clericalizando. El bautizado va siendo un mero receptor, deja de ser un actor, protagonista de su fe.
Hay que volver a descubrir el estado radical del bautismo. El ministerio clerical viene del pueblo, y a él hay que devolvérselo. La gente tiene todo el derecho de reclamarme, por mi ministerio sacerdotal.
Hoy la Iglesia está tentada a clericarizarse. El problema es que la Iglesia habla como “Manco Cápac” (fundador del imperio Inca), y los laicos piensan como Michael Jackson. No hay como entenderse. A los seminaristas hay que enseñarles a amar a su pueblo, no arrancarlos de su cultura, y como dice el
Evangelio: “Hacerlos diez veces peores que su maestro”.
Respecto de la dimensión carismática de la Iglesia, todos surgimos del mismo ‘magma’. Cada carisma es un cráter por el que brota el espíritu: catequista, matrimonio, sacerdocio, obispo… todos son carismas. Los laicos están llamados a fomentar una Iglesia Carismática. Están llamados a devolver a la Iglesia su alma.
A que la Iglesia sea pueblo de Dios.

Tres vocaciones fundamentales del laicado:
1.- Matrimonio: Vida conyugal. Relación entre Varón y Mujer. Relación de Género.
Vocación al Hogar, a hacer familia. La primera imagen de Dios: ser Esposo.
La pareja como icono de Dios.

2.- Vida profesional: Inoculación directa del Reino en medio de la historia.

3.- Vida Política: compromiso con el vecino. Construir una comunidad donde vivo.

Comunidad Cristiana:
La comunidad cristiana anticipa el Reino
- Escuela de la Palabra compartida. Jesús dio la palabra a la mujer. En la comunidad cristiana no solo escuchamos la palabra, sino que la tomamos.
- Escuela de corrección fraterna.
- Escuela de le Utopía. Anticipar el Reino de Dios. Celebrarlo.

Crisis de la Iglesia:
El sistema clerical, se encuentra carcomido por los problemas morales y de fiabilidad. Es urgente, volver a tejer el pueblo de Dios. Volver a preparar “el piso para los volcanes”.
1.- Exigencia moral: la fiabilidad moral y ética: los cristianos no nos podemos permitir lo que se opone al Evangelio.
2.- crear una constelación comunitaria. Crear redes comunitarias. Repensar las relaciones entre sacerdotes, laicos, religiosos, religiosas, diáconos.
3.- Urgentísima formación del pueblo de Dios. Los laicos deben ser los mejor formados por su inserción en el mundo.
4.- Espiritualidad y Mística: es transversal a los tres aspectos anteriores.

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