21 abril 2011

JUEVES SANTO

Nos conmueve, y mucho, Señor

Tú cena, con sabor a
despedida,

sazonada con palabras de testamento.

“Haced esto en
conmemoración mía”.

No tendremos ya más excusas, Señor,

tu entrega
es radical y verdadera

y, porque no quieres que falte nada,

nos
dejas apiñados alrededor de una mesa,

y con tres dones que
acompañarán

toda nuestra existencia:

amor, eucaristía y
sacerdocio.

Nos conmueve, y mucho, Señor.

Tu Cuerpo y tu Sangre
salvadora

como alimento de vida eterna.

Tus Palabras, que selladas
con tu sangre,

son exponente de la autenticidad de tu entrega.

Tus
rodillas, besando el suelo,

diciéndonos que no hay mayor
galardón

que el desvivirse amando generosamente,

sirviendo sin
esperar nada a cambio,

brindándonos incluso al adversario.

Nos
conmueve, y mucho, Señor.

Verte humillado y postrado como
siervo,

cuando tan amigos somos de las alturas,

anhelando el ser
servidos antes que servir,

o estar simplemente, cómodamente
sentados.

Nos conmueve, y mucho, Señor.

Que nos ames y nos hagas
tus confidentes,

conociendo la madera en la que estamos
tallados,

nuestras traiciones y verdades a medias,

nuestros
egoísmos y falsedades,

el Judas que, en el corazón o a la vuelta de la
esquina,

te malvende por unas monedas…..o por nada.

Nos conmueve,
y mucho, Señor.

Que te estremezcas con tal pasión por el
hombre.

Que te quedes, en la Eucaristía, para siempre.

Que, seas
Sacerdote de la Nueva Alianza,

y te ofrezcas por la salvación de todos
nosotros.

Nos conmueve, todo eso, Señor.

P. Javier Leoz

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