15 abril 2010

¿Menos pobres y más desempleo?

09 de Abril, 2010 - La reducción de la pobreza y la indigencia y la mejora en la distribución del ingreso que informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundió un informe en el cual asegura que en 12 meses la pobreza se redujo del 15,3 al 13,2% y la indigencia disminuyó del 4,4 al 3,5%, en tanto se achicó la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres.

Según el informe oficial, en el segundo semestre del año la pobreza afectaba al 13,9% de la población. El índice es 7 décimas inferior al del período previo, y más de dos puntos menor que el del segundo semestre de 2008. La indigencia, que mide la cantidad de personas que viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para la alimentación más básica, fue para el Gobierno del 3,5%, medio punto menos que en el primer semestre de 2009, y 9 décimas por debajo del índice de un año atrás.

Para el INDEC, habría en el país 5,2 millones de pobres, de los cuales 1,37 millones serían indigentes. Las estimaciones de fuentes privadas ubican a la pobreza entre el 29 y el 33% y a la indigencia, entre el 10 y el 12%. La cantidad de personas que sufre la pobreza habría llegado en el segundo semestre de 2009 a 12,96 millones y el de indigentes, a 4,71 millones.

Con estos datos, el Estado habría dejado de reconocer la condición de pobreza de unas 7,7 millones de personas, y la indigencia de 3,34 millones.

En la construcción de los índices de la realidad social influye el valor de dos canastas básicas de productos, y los ingresos percibidos por las familias. Según los economistas, en ambas variables podría haber distorsiones de datos, pero la más evidente es la observada en los precios.

Es decir, para no ser considerado pobre por el INDEC, una familia integrada por un matrimonio joven y dos hijos pequeños, necesita por mes, en promedio, $ 1041,82. El mismo hogar, para no ser indigente, requiere de $ 385,04, que es el valor promedio mensual de los alimentos más básicos.

Pero ¿de dónde viene esta esta supuesta mejora en los indicadores de pobreza y reparto de la riqueza?

El factor que mejora los ingresos de la población es el empleo. Pero de allí no puede surgir esa mejora, ya que por el impacto de la crisis, para el INDEC la tasa de ocupación se redujo entre fines de 2008 y fines de 2009. En número, esta reducción pasó del 42,6 al 42,4%. Prácticamente, no hubo aumento del número de ocupados.

Además, entre los que tuvieron empleo creció el número de subocupados, así llamados porque trabajan pocas horas. En el tercer trimestre el subempleo subió del 8,5 al 10,5% y en el cuarto trimestre, del 9,1% al 10,3%, especialmente en la franja de los que salieron a buscar trabajo a tiempo completo y no lo consiguieron.

Más aún, en el mismo lapso –y a pesar de que se puso en marcha el Plan Oficial de cooperativas, por la falta de crecimiento del empleo–, también subió la desocupación: del 7,8 a 8,2% en el tercer trimestre y del 7,3 a 8,4% en el cuarto. Según el Ministerio de Economía, el año pasado, el número de desocupados aumentó de 1.174.000 a 1.340.000 casos. Esta estadística no tomó en cuenta que, también por la crisis, hubo un alza de las suspensiones, en parte asistidas por programas del Ministerio de Trabajo.

La manera en que el INDEC obtiene estos datos


La medición de pobreza e indigencia se obtiene de confrontar los ingresos de la población con el costo de la Canasta Básica. Pero para el INDEC, los precios de esa canasta fueron más bajos que los reales y casi no habrían registrado aumentos en 2009, a diferencia de las mediciones de los institutos provinciales que registraron incrementos.

Así, en base a una fuerte subestimación de los aumentos de los alimentos y servicios básicos, la estadística oficial concluye que los sueldos y las jubilaciones subieron por encima de lo que habría aumentado la Canasta Básica. Y esta supuesta mejoría habría hecho que más hogares y personas salieran de la pobreza y la indigencia. En cambio, con las estadísticas de estudios privados (UCA, SEL, Ecolatina, entre otros) la pobreza salta al 30% y la indigencia al 12%.

Por más rezagado que uno pueda ser en temas como las estadísticas, los números y los porcentajes, estos datos que se leen no expresan lo que día a día vive la gente hoy. Evidentemente, estos datos chocan con la realidad social.

Fuente:
Clarín y La Nación

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