01 agosto 2014

30/7: Día Internacional de la Amistad, de la Cultura de Paz y de La Trata de Personas


Mensaje del Departamento de Trata de Personas y Delitos Conexos
dependiente del Obispado de Quilmes

El 30 de julio se conmemoró el día Internacional de la Amistad, de la Cultura de Paz y de La Trata de Personas. En comunión con el papa Francisco que en su Exhortación Apostólica La alegría del Evangelio nos dice: “Siempre me angustió la situación de los que son objeto de las diversas formas de trata de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios
preguntándonos a todos: «¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9). ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado? No nos hagamos los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para todos! En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda” (EG 211). Por eso, como Departamento de Trata de Personas y Delitos Conexos dependiente del Obispado de Quilmes, queremos adherir a este día propuesto por Las Naciones Unidas.

El Día Internacional de la Amistad fue instaurado en 2011 por la Organización de las Naciones Unidas para impulsar la idea de que la amistad entre pueblos, países, culturas y personas inspiren iniciativas de paz y tender puentes entre las comunidades. Asimismo, con la intención de implicar a los jóvenes en actividades comunitarias dirigidas a fomentar la inclusión de las distintas culturas y respeto entre ellas y promover la comprensión internacional y el respeto a la diversidad.

La Cultura de Paz constituye un eje transversal de la vida social y política, así como de los procesos educativos de una nación. Ella propende a la: “transmisión de valores, actitudes, comportamientos y modos de vida basados en la no violencia y el respeto a los derechos y las libertades fundamentales de cada persona; una sociedad humanitaria que no domina o explota, sino que protege los derechos de los más débiles; entendimiento, tolerancia y solidaridad intercultural, rechazo de todo tipo de xenofobia, racismo e intercambio y libre circulación de la información; participación total de la mujer y avance de su condición social”. Por el futuro de nuestros hijos y los hijos de los mercaderes del mal. Por un mundo libre de guerras por el petróleo, de ventas de armas, de tráfico de personas, de drogas y de órganos humanos, de lavado de cerebros televisivos.
Libre también del Banco Privado de la Reserva Federal, del FMI, del Banco Mundial, que además de tener votos privilegiados en las Naciones Unidas y la OTAN, cada vez que hacen un “salvataje económico” en realidad están comprando” los bancos y financieras del mundo, apropiándose poco a poco del país al que “salvan”.

Por último, la trata de personas no es una reliquia del pasado ni un crimen exótico que, sobre todo, se ve en la televisión. Cada año niñas/os adolescentes y mujeres u hombres están sufriendo en silencio situaciones de esclavitud y servidumbre sexual y laboral aterradoras, sin la posibilidad de liberarse por si misma/os. La trata de personas es uno de los retos más grandes en la realización de los Derechos Humanos y de las políticas de desarrollo, tiene altos costos humanos, sociales y económicos. La trata de personas consiste en “la captación, el traslado, la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o a una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación”.
“Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos” (EG 216).
 
Departamento de Trata de Personas y
Delitos Conexos
VICARÍA DE SOLIDARIDAD DEL OBISPADO DE QUILMES

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