El texto: tejido El Pueblo fue testigo de la multiplicación de los panes y por nada quieren separase de Jesús. Ven lo que acontece pero no llegan a entender esto como señal de algo mas profundo. Relacionan lo que hace Jesús con Moisés cuando alimentó a todos en el desierto. Quieren que el pasado se repita… pero Jesús les pide que den un paso más: buscar el otro alimento que lo da el Hijo del Hombre… encontrar la señal escondida en el milagro… Así comienza el discurso del Pan de Vida, diálogo bonito, pero exigente. Este discurso parece como un embudo, ya que, en la medida en que avanza, cada vez menos personas acompañan a Jesús. El estilo de Juan es reiterar algunos temas pero para ir en profundidad. La trama vital... “Se subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús” El Pueblo busca Pan y Vida, por eso lo siguen a Jesús. ¿Conocemos nosotros qué buscan los jóvenes, la gente de la Comunidad...? “Ustedes me buscan no porque vieron signos” La respuesta de Jesús tiene en cuenta las necesidades… pero también los lleva a cuestiones más de fondo… La gente busca el milagro y no el signo escondido en el mismo. ¿Qué Jesús muestran nuestras Comunidades? ¿Qué dificultades tienen hoy, los jóvenes, en nuestras Comunidades para encontrarse con Jesús? “Trabajen no por el alimento perecedero, sino por el que permanece… el que les dará el Hijo del Hombre” Es fácil reconocer el hambre que la gente dice que necesita. Es fácil conocer el hambre que nosotros creemos que necesitan… pero Jesús propone saciar el hambre que realmente tienen, que realmente tenemos… reconocerlo no es fácil… Tratemos de entender las dificultades que el Pueblo tiene hoy para entender quién es Jesús. Es necesario dar también el alimento que perece..., no desestimó el clamor de esa hambre… Pero también dio del otro, del que perdura, el que da el Hijo de Dios. Los jóvenes, la gente, junto con el hambre de pan, tiene hambre de Jesús, hambre de justicia, de paz y libertad; hambre de escucha y de tiempo, hambre de educación de la buena, hambre de perdón y de misericordia, hambre de presencia entre ellos… “¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?” Creer en Jesús. Esta es la gran obra que Dios nos pide. Y quien cree en Jesús lo reconoce en el hermano, en el joven que tiene hambre y que llega a nuestras casas… en busca del alimento verdadero… ... y su hilo donboscano “…Don Bosco penetró en el interior de la ciudad de Turín, girando de un lado para otro en las calles y plazas para buscar y encontrar a los niños y jóvenes… Allí estaba su puesto preferido para desarrollar su misión de pastor y evangelizador: tomar a los jóvenes en el lugar donde están, pero abriendo sus sentidos hacia “lo alto” y encaminándolos hacia “el cielo”. Por decirlo de alguna manera, Don Bosco con los pies en al tierra, en el mundo real, y con las manos hacia el cielo; y jamás olvidó ni la una ni el otro…” (Pascual Chávez, Aguinaldo 2010, Pág. 28). Enlazándonos al hilo primordial Volvamos oración lo que reflexionamos sobre el Evangelio y la Vida. ¿Qué significa para nosotros, para nuestra comunidad, creer en Jesús? Pensemos en las pibas y los pibes tratando de descubrir cuál es el alimento que están necesitando, el que perdura y el que no perdura, pero por el cual muchas veces se nos acercan… Busquemos estrategias creativas y generosas… Pongamos en el corazón de Jesús estos buenos propósitos. Sugerencia: escuchar la canción “El ángel de la Bicicleta” de León Gieco, y conocer un poco más sobre la vida de Pocho Lepratti con el video “Pocho, de Ludueña”, elaborado por el Boletín Salesiano. |
Un espacio para el crecimiento, la reflexión, la meditacion.
05 mayo 2014
Juan 6, 22-29
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