La
Pontificia Comisión para América Latina reconoció que el obispo mártir
Oscar Arnulfo Romero y otros dos clérigos Latinoamericanos fueron
“víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres”. Tal
reconocimiento sería un impulso para agilizar el proceso de canonización
que se sigue en el Vaticano.
De acuerdo al portal Religión Digital,
de Roma, fue el cardenal argentino Leonardo Sandri, quien anunció el
nombramiento de monseñor Romero, junto a los obispos Enrique Angelelli
de Argentina y Juan Jesús Posadas Ocampo. Tal nombramiento es un
reconocimiento para los tres obispos mártires de El Salvador, Argentina y
México.
“Quisiera conmemorar a tres pastores
concretos, desde luego sin anticiparme al juicio de la iglesia y sin dar
palabras de martirio y mártir, una significativa canónica y teológica y
evitando cualquier interpretación política”, dijo el cardenal Sandri.
Para el cardenal Sandri, el trabajo de
estos tres religiosos debe ser conmemorado, ya que defendieron “el
Evangelio de los pobres y para los pobres”.
La Comunidad Monseñor Romero que
celebra la acostumbrada misa dominical en el corazón de Catedral
Metropolitana, donde yacen los restos del obispo mártir, celebraron tal
nombramiento.
María Teresa Alfaro, de la Comunidad,
celebró el reconocimiento porque se está reconociendo la labor que
desarrolló monseñor Romero antes de ser asesinada por escuadrones de la
muerte el pasado 24 de marzo de 1980.
Alfaro recordó que las palabras del
Cardenal hacen referencia a que estos tres mártires deben de ser
canonizados y que “la iglesia, y ellos como sector de la iglesia
jerárquica del Vaticano, reconocen la santidad de ellos (Romero,
Angelelli y Posadas)”.
Ayer, la misa celebrada en la Cripta Catedral, incluso fue ofrecida en honor a Monseñor Romero y la paz en Venezuela.
Roque Regalado, padre de la parroquia
Reina de los Mártires de Quezaltepeque, aseguró que es importante que se
reconozca a Romero como un mártir de los pobres y que sean estos
grandes pastores de la iglesia.
“De una u otra manera que se tenga una
gran estima a la imagen de Monseñor Romero, por su pastoral, profética y
su voz en medio de la situación que vivía nuestro país tiene mucho
peso”, señaló.
Agregó que para el país es una
“esperanza grande con la llegada del Papa Francisco y con la experiencia
de abrirse al mundo”, de que la canonización pueda llegar.
Mientras que el padre Aníbal Filippini,
quien llegó en una comitiva de Argentina, y quien participó en la misa,
celebró tal nombramiento, pero se está a la espera que el Papa Francisco
los declare oficialmente mártires.
Conmemoración de 34 aniversario
La comunidad católica del país conmemorara en el mes de marzo a dos grandes mártires.
El próximo 24 de marzo se cumple en
aniversario numero 34 del asesinato de Monseñor Romero y el 12 de marzo
el aniversario numero 37 del asesinato del padre Rutilio Grande.
Según información publicada por este
vespertino, un subsargento de la sección II de la Guardia Nacional, y
miembro del equipo de seguridad del ex presidente de la República,
coronel Arturo Armando Molina, fue el misterioso personaje que disparó
contra Monseñor Óscar Arnulfo Romero, aquel lunes 24 de marzo de 1980,
cuando el Arzobispo oficiaba una misa de cabo de año, de Sara Meardi de
Pinto, madre del periodista Jorge Pinto, en la capilla del hospitalito
Divina Providencia.
El crimen de Monseñor se mantiene en la
impunidad, a pesar de conocerse algunos nombres de los hechores
materiales e intelectuales.
Información en poder de Diario Co Latino, entregada por fuentes que estuvieron próximas a los círculos de d’Aubuisson, aseguran que el francotirador, es decir, el responsable de disparar contra Monseñor Romero fue el subsargento de la extinta Guardia Nacional (GN), Marino Samayoa Acosta.
De acuerdo con la información, fue Mario Molina, hijo del ex presidente Molina, quien sugirió al tirador. Sin embargo, 34 años después no existe una orden judicial o un proceso abierto contra los implicados.
Información en poder de Diario Co Latino, entregada por fuentes que estuvieron próximas a los círculos de d’Aubuisson, aseguran que el francotirador, es decir, el responsable de disparar contra Monseñor Romero fue el subsargento de la extinta Guardia Nacional (GN), Marino Samayoa Acosta.
De acuerdo con la información, fue Mario Molina, hijo del ex presidente Molina, quien sugirió al tirador. Sin embargo, 34 años después no existe una orden judicial o un proceso abierto contra los implicados.
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