22 noviembre 2012

Despedida del Padre Eros Zardini

Quilmes, miércoles 22 de noviembre 2012 -

El Padre Obispo Carlos Tissera junto a los sacerdotes misioneros de la Diócesis de Verona despidiendo al Padre Roberto Zardini



Palabras de Despedida del Padre Eros Zardini a su hermano el Padre Roberto

- En este momento de dolor y de esperanza agradezco vivamente la atención brindada a mi hermano, el Padre Roberto en los dos hospitales de Quilmes y del Cruce, de parte de los médicos y enfermeros. Especialmente a Leonardo Sala quien me ha acompañado en estas ultimas horas. Mi agradecimiento se traduce en plegaria para que siempre se pueda ver en el enfermo a una persona y, para nosotros que tenemos fe, ver en los enfermos a Jesús. Agradezco también especialmente a nuestro Padre Obispo Carlos José, quien lo ha recibido personalmente junto al Padre Adrian Bergallo, capellán del hospital del Cruce, la noche de su internación dándole la unción de los enfermos, el cariño y el consuelo fraterno. Agradezco muchísimo al Padre Daniel y al Padre Maxi por acoger con tanta solicitud a mi hermano, en esta Catedral en su última despedida. Agradezco a los sacerdotes presentes, física y espiritualmente, amigos, feligreses de las parroquias: San José, María Auxiliadora (Santa Coloma) y de la Catedral. Agradezco también, al diácono Pedro Scacciaferro, su hermano argentino, y a su familia; a Nicolás y Teresita; a Silvia, que lo ha acompañado siempre con sus canciones; y a todos los colaboradores y colaboradoras de la capilla “Sagrado Corazón” del hospital Iriarte de Quilmes. Gracias a todos los amigos por las oraciones: a los presentes y a los que no han podido participar de esta liturgia de Resurrección. Pido perdón, confiando en el Señor del Perdón, de la misericordia y de la paz, por si mi hermano Roberto ha ofendido a alguien en su largo apostolado de 47 años en nuestra diócesis de Quilmes. Mi hermano Roberto, tenía en su corazón una máxima del Papa bueno Juan XXIII que dice: “en los momentos de sufrimiento, queridos hermanos, estamos invitados a contemplar la muerte con la mirada del santo de Asís, San Francisco, que la llamaba “hermana muerte corporal”. Sí, porque la muerte es el paso necesario a la plenitud de la vida.” Pienso que, después de la muerte, tendremos la gran sorpresa que no esperábamos en vida, porque quienes hemos creído en el amor nos encontraremos cara a cara con un Dios tan grande en misericordia como jamás imaginábamos. Dios tiene un corazón infinitamente más grande que el nuestro. En cada funeral Jesús se acerca a nosotros para decirnos algo fundamental para nuestra vida: “no somos nosotros los que vamos hacia la muerte sino que Jesús viene a nosotros en ella”, así lo decía Santa Teresita del Niño Jesús. ¿Qué podremos entonces decirle nosotros a Jesús? Simplemente que no hemos confiado en nuestras propias obras sino en su infinita misericordia. ¡Jesús, en vos confío!

Amigos y familiares en la última despedida

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