San Francisco de Asís
(1181-1226) Las oraciones de la
Misa trazan hoy un fiel retrato de San Francisco. Este hombre de Dios
«dejó su casa, abandonó la herencia que le pertenecía y logró llegar a
ser pobre y necesitado; v así. el Señor le tomó a su servicio».
Francisco llevó una vida
«asemejándose a Cristo por la humildad y la pobreza», llena de «amor
jubiloso»; «se consagró al misterio de la cruz»; «en su caridad y en su
celo apostólico», se puso al servicio de todos para salvarlos a todos.
Francisco de Asís es, sin duda, el santo cuya vida ha reproducido más a
la letra la de Jesús.
Desde el día en que, en San Damián
oyó cómo le decía el Crucificado: «Vete y repara mi Iglesia en ruinas»
(1206) hasta aquel otro en que, sobre el Averno, recibió los estigmas de
la Pasión (1224), y al de su muerte, tendido en tierra, cerca de Santa
María de los Ángeles (1226), toda su vida dilatada de itinerante entre
sus hermanos a los que por humildad, llamó Hermanos Menores.
Francisco no tuvo otro deseo que
fijar sus pasos tras las huellas de Jesús, a fin de vivir las
Bienaventuranzas. «Dichosos los pobres»: Francisco se encuentra
reflejado por entero en esas palabras: . dicha y pobreza, dicha nacida
de la pobreza, simplicidad de corazón y humilde adhesión a los ministros
de Jesucristo, ternura para con todos los hombres y, más allá de ellos
mismos, para con todas las criaturas, tal es el secreto de la felicidad
que Francisco enseñó a sus hermanos y hermanas. Y su mensaje sigue
permanente en la Iglesia.«El varón que tiene corazón de lis, alma de
querube, lengua celestial, el mínimo y dulce ... », dirías que es el
santo más para todo el mundo.
Ateos, agnósticos, herejes,
anticlericales, todos sienten una ternura especial por el Poverello, y
de esta manera quizá se abarata un poco su santidad, hecha
sentimentalismo laico. De todas formas, quede claro que no era un
bohemio caprichoso, como hijo de mercader sabía muy bien lo que costaba
el dinero, pero también que el camino hacia Dios pasa por la renuncia,
por lo que suele llamarse pobreza, y cuando ya no tenemos nada habrá que
seguir dando, se da uno mismo, lo que se es.
Mientras tengamos cosas, éstas nos
protegen de Dios, y una vez libres de las cosas y de su deseo, sólo
queda darse, y eso es lo que significa la Pobreza. Lo que todos queremos
rehuir prescindiendo cómodamente de lo exterior y de lo superfluo,
hasta que desnudos de todo, se acaba dando el último reducto, la
voluntad. Y sin embargo nadie glorificó como él la Creación, el
hermano mundo. Desprendido de todo y amante finísimo de todo, del agua,
del fuego, de la tierra, del aire, del hermano lobo, de la hermana
ceniza, que es casta, decía, hasta de unos pasteles de almendra que le
preparaba cariñosamente una devota.
El mundo, visto a través de Dios, es
fraterno y hermoso, hasta en la hermana muerte, se disfruta en su
voluntaria privación. Es el arte de la posesión en Dios, el arte de
poseer la tierra con esa extraña lógica de los santos que es su tener y
no tener: no teniendo nada, no deseando nada, se posee de verdad todo,
siendo libre de las cosas se señorea alegremente el universo. ¡¡¡ paz y
bien !!! Paix et bien!!! frieden und guten! Pace e bene! Peace and
godness!
Himno: VEN FRANCISCO A TUS HERMANOS.
Ven, Francisco, a tus hermanos,
visita a los pobrecillos;
ven traspasado de amor
por las heridas de Cristo;
como nueva primavera
después del invierno frío.
Ven, que los hombres te vean
por el mundo peregrino:
liberado, sin alforja
y sin dinero en el cinto;
y anuncia la paz y el bien
con los labios florecidos.
Ven con los brazos sin armas,
hermano suave y pacífico;
ven, menor de los menores,
de corazón compasivo;
profeta sin amargura,
ven con el ramo de olivo.
Ven, penitente gozoso,
que lloras de regocijo;
heraldo loco de amor
y paz de los enemigos;
ven por los barrios y plazas,
juglar del perdón divino.
Ven, ángel de buenas nuevas,
háblanos de Jesucristo;
ven, boca del Evangelio,
cristiano sabio y sencillo;
hermano tan deseado,
Francisco tan bien querido. Amén
Himno: EN LA CUMBRE DE LA VERNA.
En la cumbre de la Verna
se han dado cita de amor
el siervo con su Señor
unidos en Pascua eterna.
Del cielo el Señor venía,
Hijo de Dios humanado,
tenía el cuerpo llagado
y el rostro resplandecía.
¡Oh Jesús, el mas hermoso
entre los hijos de Adán,
libres tus brazos están
para el abrazo de esposo!
Y Francisco se ha quedado
de gracia y amor transido;
por Cristo se encuentra herido
en manos, pies y costado.
Ved la Regla ya cumplida
en el monte de la alianza;
amor que la sangre alcanza
es de aquel que da la vida.
¡Gloria a ti, Cristo benigno,
en el precioso madero;
para el gozo verdadero
guárdanos bajo tu signo! Amén.
Señor
Dios, que en el pobre y humilde Francisco de Asís has dado a tu Iglesia
una imagen viva de Jesucristo, haz que nosotros, siguiendo su ejemplo,
imitemos a tu Hijo y vivamos, como este santo, unidos a ti en el gozo
del amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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