20 agosto 2012

Carta del Arzobispo de Buenos Aires a los Catequistas

Nuestro modo de ser
Carta del Arzobispo de Buenos Aires a los Catequistas 

Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió
y preguntaban: “¿Quién es éste?”. Y la gente respondía:
“Es Jesús, el profeta de Nazaret en Galilea”.
(Mt 21,10-11)

Querido catequista:
La festividad de San Pío X y la celebración del día del Catequista son una ocasión propicia para hacerte llegar mi sentimiento de gratitud por tu entrega silenciosa y comprometida en el ministerio de la Catequesis.

La Catequesis en la Argentina atraviesa un momento muy especial ya que, como sabrás, en el año 2012 tendrá lugar en Morón el IIIº Congreso Nacional de Catequesis. Su lema “Anticipar la aurora, construir la esperanza” nos pone en  sintonía con aquello que tan hermosamente nos dice Aparecida: “La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias…. No puede replegarse frente a quienes sólo ven confusión, peligros y amenazas o de quienes pretender cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros…” (DA 11)

Al agradecerte todo lo que hacés por la Catequesis, le pido de corazón al Señor que te rejuvenezca con su gracia, ya que la renovación de la pastoral y de la catequesis no dependerá “de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino.” (DA 11)
  
Justamente por esto tu pueblo y tu ciudad te necesitan más que nunca catequista.
Alegre, comprometido, renovado en tu fervor… Haciendo presente ese estilo de Iglesia misionera que sabe de fragilidades -propias y ajenas- y por eso sale, escucha, abraza, acompaña.

¡No te canses de sembrar! Y en este año del Bicentenario, me animo a proponerte que te acerques como peregrino a la Parroquia de Nuestra Señora de la Piedad. Y ante la tumba de la Madre Antula, pedile para vos, para mí y para cada uno de los catequistas de esta bendita ciudad, su grandeza y su fortaleza. Suplicale la gracia de poder acompañar y cuidar la fe de nuestro pueblo fiel como ella lo supo hacer tres siglos atrás, en circunstancias también difíciles como las actuales. 

Será una manera de “anticipar la aurora, y construir la esperanza”.
Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Afectuosamente.

Buenos Aires, 21 de agosto de 2010
Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.

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