22 septiembre 2011

Letanías de la Humildad


Letanías de la Humildad

Se de muchas personas, hermanos en la Fe, que están en constante lucha contra el pecado capital de la Soberbia. Para todos ellos, hoy posteo una oración impresionante: las letanías de la humildad. Compuestas por el venerable Siervo de Dios, cardenal Rafael Merry del Val, Secretario de Estado del Vaticano durante el pontíficado de San Pío X (porque los grosos se juntan con otros grosos, es la ley de la vida). Es una oración tan... no se que adjetivo usar... que la primera vez que la leí pensé: "hmm... no se si estoy tan seguro de pedirle esto a Dios".

Letanías de la Humildad

-Jesús manso y humilde de Corazón, óyeme.
-Del deseo de ser estimado, líbrame Jesús (se repite)
-Del deseo de ser alabado,
-Del deseo de ser honrado,
-Del deseo de ser aplaudido,
-Del deseo de ser preferido a otros,
-Del deseo de ser consultado,
-Del deseo de ser aceptado,
-Del temor de ser humillado,
-Del temor de ser despreciado,
-Del temor de ser reprendido,
-Del temor de ser calumniado,
-Del temor de ser olvidado,
-Del temor de ser puesto en ridículo,
-Del temor de ser injuriado,
-Del temor de ser juzgado con malicia,

-Que otros sean más estimados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo (se repite)
-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,
-Que otros sean preferidos a mí en todo,
-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio, concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo.

Amén.

Se lo copie a mi Hermano Martín de su blog.
http://laermitadetinchin.blogspot.com
Gracias Dupla.

1 comentario:

Dupla dijo...

Un placer Martins. Es una hermosa oración.

Abrazo enorme!