19 febrero 2010

Santa Teresa Benedicta de la Cruz

"La visión del mundo en que vivimos, la necesidad y la miseria, y el abismo de la malicia humana, una y otra vez atenúan nuestro júbilo por la victoria de la luz. El mundo todavía está inundada por lodo, y solo un pequeño rebaño se ha escapado a los picos más altos de las montañas. La batalla entre Cristo y el Anticristo no ha terminado todavía. Los seguidores de Cristo tienen su lugar en esta batalla, y su principal arma es la cruz.

¿Qué significa esto? El peso de la cruz que Cristo asumió, es el de la naturaleza humana caída, con todas las consecuencias en el pecado y el sufrimiento al que está sujeta dicha humanidad. El significado y sentido del camino de la cruz es llevar esta carga fuera del mundo. La restauración de la humanidad liberada al corazón del Padre celestial, retomar la condición de hijos suyos. Ese es el don gratuito de la gracia, del amor misericordioso.

Pero esto no puede ocurrir a expensas de la Santidad y la Justicia divinas. La suma total de las caídas humanas desde el pecado original hasta el Día del Juicio debe ser borrada por una medida correspondiente de Expiación. El camino de la cruz es esta expiación. Las tres caídas bajo el peso de la cruz corresponden a la triple caída de la humanidad: el primer pecado, el rechazo del Salvador por su pueblo elegido, y el alejamiento de los que llevan el nombre de cristianos.

El Salvador no está solo en el camino de la cruz. No sólo están a su alrededor los enemigos que lo oprimen, sino también las personas que lo socorren. El arquetipo de los seguidores de la cruz de todos los tiempos es la Madre de Dios. Como modelo de los que se someten a los sufrimientos infligidos a ellos, y experimentan la gracia al soportarlos, está Simón de Cirene. La representante de los que aman y anhelan servir al Señor es Verónica.... Toda persona que, en el transcurso de la historia, ha padecido una pesada carga en memoria del Salvador sufriente o que libremente ha realizado obras de expiación, ha, por medio de estos actos, cancelado parte del pesado yugo del pecado del hombre y ha ayudado al Señor a llevar su carga . O más bien, Cristo, la cabeza, efectúa la expiación a través de estos miembros de su Cuerpo Místico, que se ponen, en cuerpo y alma, a su disposición para llevar a cabo Su obra de salvación.

Podemos suponer que el contemplar a los fieles que lo siguieron, seguían y seguirían en su camino de la cruz, fue algo que reforzó al Salvador durante su noche en el Monte de los Olivos. Y la fuerza de estos "portadores de la Cruz", lo ayuda después de cada una de sus caídas. Los Justos bajo la Antigua Alianza, lo acompañan en el tramo del camino desde la primera hasta la segunda caída. Los discípulos, tanto hombres como mujeres, que le rodeaban durante su vida terrena, le ayudan en el segundo tramo. Los amantes de la cruz, a los que ha llamado y siempre seguirá llamando de nuevo en la historia cambiante de la Iglesia que lucha, estos son sus aliados en el final de los tiempos.

Nosotros, también, hemos sido llamados a esto."

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).

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