Este viernes 13 llegará a San Luis el corazón
incorrupto de San Juan María Vianney
CRONOGRAMA DE LA VISITA.
– EN SAN LUIS: 12.00 hs: Llegada a la Catedral de San Luis y
celebración de la Santa Misa, presidida por Mons. Jorge Luis Lona.
13.00 hs – 14.30 hs: Veneración de las reliquias en la Iglesia Catedral.
14.30 hs: Despedida de las reliquias (hacia Villa Mercedes).
celebración de la Santa Misa, presidida por Mons. Jorge Luis Lona.
13.00 hs – 14.30 hs: Veneración de las reliquias en la Iglesia Catedral.
14.30 hs: Despedida de las reliquias (hacia Villa Mercedes).
– EN VILLA MERCEDES: 16.00 hs: Llegada y celebración de la
Santa Misa, presidida por Mons. Armando Conti en la Parroquia
San Roque. 17.00 hs: veneración de las reliquias y 18.00 hs despedida.
Breve biografía de San Juan Bautista Maria Vianney, Cura de Ars
Nació en Dardilly, Francia, el 8 de Mayo de 1786; murió en Ars el
4 de Agosto de 1859. En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una
escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan Bautista María Vianney
fue enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros
nunca parecen haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran
extremadamente limitados, limitándose a un poco de aritmética, historia,
y geografía, y encontró el aprendizaje, especialmente el estudio del latín,
excesivamente difícil. Pero se presentó otro obstáculo. El joven Vianney
fue llamado a integrar el ejercito, pero la cuestión fue solucionada por su
hermano menor que se ofreció a servir en su lugar y fue aceptado. Juan
Bautista María Vianney reanudó entonces sus estudios en Ecully.
4 de Agosto de 1859. En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una
escuela para aspirantes a eclesiásticos, y Juan Bautista María Vianney
fue enviado a ella. Aunque era de inteligencia mediana y sus maestros
nunca parecen haber dudado de su vocación, sus conocimientos eran
extremadamente limitados, limitándose a un poco de aritmética, historia,
y geografía, y encontró el aprendizaje, especialmente el estudio del latín,
excesivamente difícil. Pero se presentó otro obstáculo. El joven Vianney
fue llamado a integrar el ejercito, pero la cuestión fue solucionada por su
hermano menor que se ofreció a servir en su lugar y fue aceptado. Juan
Bautista María Vianney reanudó entonces sus estudios en Ecully.
En 1812 fue enviado al seminario de Verrieres; estaba tan mal en latín
que se vio forzado a seguir el curso de filosofía en francés. Suspendió
el examen de ingreso al seminario propiamente dicho, pero en un nuevo
examen tres meses más tarde aprobó. El 13 de Agosto de 1815 fue
ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de Grenoble.
Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero
en reconocer y animar su vocación, que le instó a perseverar cuando
los obstáculos en su camino le parecían insuperables, que intercedió
ante los examinadores cuando suspendió el ingreso en el seminario
mayor, y que era su modelo tanto como su preceptor y protector.
En 1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars,
una aldea no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones
de párroco en esta remota aldea francesa en las que el "cura de Ars"
se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano. Algunos años
después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato para jóvenes
desamparadas. Se le llamó "La Providencia" y fue el modelo de
instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia.
El propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el
catecismo, y estas enseñanzas catequéticas llegaron a ser tan
populares que al final se daban todos los días en la iglesia a
grandes multitudes.
que se vio forzado a seguir el curso de filosofía en francés. Suspendió
el examen de ingreso al seminario propiamente dicho, pero en un nuevo
examen tres meses más tarde aprobó. El 13 de Agosto de 1815 fue
ordenado sacerdote por Monseñor Simon, obispo de Grenoble.
Fue enviado a Ecully como ayudante de M. Balley, quien fue el primero
en reconocer y animar su vocación, que le instó a perseverar cuando
los obstáculos en su camino le parecían insuperables, que intercedió
ante los examinadores cuando suspendió el ingreso en el seminario
mayor, y que era su modelo tanto como su preceptor y protector.
En 1818, tras la muerte de M. Balley, Vianney fue hecho párroco de Ars,
una aldea no muy lejos de Lyon. Fue en el ejercicio de las funciones
de párroco en esta remota aldea francesa en las que el "cura de Ars"
se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano. Algunos años
después de llegar a Ars, fundó una especie de orfanato para jóvenes
desamparadas. Se le llamó "La Providencia" y fue el modelo de
instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia.
El propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el
catecismo, y estas enseñanzas catequéticas llegaron a ser tan
populares que al final se daban todos los días en la iglesia a
grandes multitudes.
Pero la principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas.
No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a
acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes,
más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros
países. Ya en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros
anuales del clero diocesano porque "las almas le esperaban allí".
Durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a
dieciocho horas diarias en el confesionario. Su consejo era
buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres
con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda
clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de
peregrinos había alcanzado los veinte mil al año. Las personas
más distinguidas visitaban Ars con la finalidad de ver al santo
cura y oír su enseñanza cotidiana. Los milagros registrados por
sus biógrafos incluyen el conocimiento sobrenatural del pasado
y del futuro; y la curación de enfermos, especialmente niños.
No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a
acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes,
más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros
países. Ya en 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros
anuales del clero diocesano porque "las almas le esperaban allí".
Durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a
dieciocho horas diarias en el confesionario. Su consejo era
buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres
con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda
clase de dificultades y enfermos. En 1855, el número de
peregrinos había alcanzado los veinte mil al año. Las personas
más distinguidas visitaban Ars con la finalidad de ver al santo
cura y oír su enseñanza cotidiana. Los milagros registrados por
sus biógrafos incluyen el conocimiento sobrenatural del pasado
y del futuro; y la curación de enfermos, especialmente niños.
El mayor milagro de todos fue su vida. Practicó la mortificación
desde su primera juventud, y durante cuarenta años su alimentación
y su descanso fueron insuficientes, humanamente hablando,
para mantener su vida. Y aun así, trabajaba incesantemente,
con inagotable humildad, amabilidad, paciencia, y buen humor,
hasta que tuvo más de setenta y tres años.
desde su primera juventud, y durante cuarenta años su alimentación
y su descanso fueron insuficientes, humanamente hablando,
para mantener su vida. Y aun así, trabajaba incesantemente,
con inagotable humildad, amabilidad, paciencia, y buen humor,
hasta que tuvo más de setenta y tres años.
El 3 de Octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue
proclamado Venerable por Pío IX y el 8 de Enero de 1905,
fue inscrito entre los Beatos. El Papa Pío X lo propuso como
modelo para el clero parroquial. En 1925, el Papa Pío XI lo canonizó.
Su fiesta se celebra el 4 de Agosto.
proclamado Venerable por Pío IX y el 8 de Enero de 1905,
fue inscrito entre los Beatos. El Papa Pío X lo propuso como
modelo para el clero parroquial. En 1925, el Papa Pío XI lo canonizó.
Su fiesta se celebra el 4 de Agosto.
Al acercarse la beatificación, el 17 de junio de 1904,
cuarenta y cinco (45) años después de su muerte, fue sacado de
la tumba el cuerpo del venerable Vianney. Se vio con admirada
sorpresa que los miembros se conservaban íntegros. La piel
ennegrecida y las carnes secas, pero enteras. Sin embargo,
el rostro, a pesar de que se distinguía bien, había experimentado
un poco los estragos de la muerte.
cuarenta y cinco (45) años después de su muerte, fue sacado de
la tumba el cuerpo del venerable Vianney. Se vio con admirada
sorpresa que los miembros se conservaban íntegros. La piel
ennegrecida y las carnes secas, pero enteras. Sin embargo,
el rostro, a pesar de que se distinguía bien, había experimentado
un poco los estragos de la muerte.
Con gran alegría, descubrieron que su corazón estaba intacto
y pudieron conservar aparte tan preciosa reliquia.
y pudieron conservar aparte tan preciosa reliquia.
Desde ya muchas gracias.
Obispado de San Luis
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