Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz. A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca". Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba. Lo seguían grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
San Efrén (hacia 306-373) diácono en Siria,
doctor de la Iglesia
Himno I sobre la Resurrección
«El pueblo que habita en las tinieblas ha visto una gran luz»
Jesús, Señor nuestro, Cristo
Se nos ha manifestado desde el seno del Padre
Ha venido a sacarnos de las tinieblas
Y nos ha iluminado con su luz admirable
Ha amanecido el gran día para la humanidad
El poder de las tinieblas ha sido vencido
De su luz nos ha nacido una luz
Que ilumina nuestros ojos entenebrecidos
Ha hecho brillar la gloria en el mundo
Ha iluminado los abismos oscuros
La muerte ha sido aniquilada, las tinieblas ya no existen
Las puertas del infierno han sido abatidas
El ha iluminado a toda criatura
Tinieblas desde los tiempos antiguos
Ha realizado la salvación y nos ha dado la vida;
Volverá en gloria e iluminará los ojos de los que le esperan
Nuestro Rey viene en su esplendor
Salgamos a su encuentro con las lámparas encendidas
Alegrémonos en él como el se regocija con nosotros
Y nos alegra con su gloriosa luz
Hermanos míos, levantaos, preparaos
A dar gracias a nuestro Rey y Salvador
Que vendrá en su gloria y nos alegrará
Con su gozosa luz en el Reino
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