Laica salesiana chilena, radicada en Argentina.
Laura del Carmen Vicuña Pino
Nació en Santiago de Chile el 5 de Abril de 1891.Fue la primera hija del matrimonio de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Él era militar y pertenecía a una familia de la alta sociedad chilena; ella, en cambio, venía de un estrato social más bajo, por lo cual no fue del pleno agrado de la familia de su esposo.
Escape de Chile
A finales del siglo XIX, Chile se encontraba en una Guerra Civil y de Sucesión. En uno de los bandos en disputa se ubicaba Claudio Vicuña, un pariente lejano de José Domingo, quien se postulaba a ser sucesor del presidente José Manuel Balmaceda. Sin embargo, Vicuña no accedió al cargo y comenzó una persecución a toda la familia Vicuña, obligando a buscar rutas de exilio del país.
Su padre es un alto militar y jefe político de Chile. Una revolución derroca al gobierno y la familia Vicuña tiene que salir huyendo, desterrados a 500 kilómetros de la capital.En 1894, y luego del nacimiento de la segunda hija del matrimonio, Julia Amanda, José Domingo murió, dejando a su esposa y sus hijas sin fondos, sin un futuro claro u horizontes que pudiesen seguir, además del riesgo que implicaba llevar el apellido Vicuña. Laura tiene apenas dos años cuando queda huérfana de padre.
Como una medida desesperada, deciden ir a a Junín de los Andes (provincia de Neuquén-Argentina) para ocultarse durante un tiempo, mientras los conflictos en Chile terminaban.
En esta región ingresó al colegio Misión-María Auxiliadora. En ese tiempo su familia atravesaba por una difícil situación económica por lo que la madre de Laura accedió a convivir con Manuel Mora, un hacendado de la zona.
Sus primeros años en Argentina
Mercedes y sus hijas se establecieron en las proximidades de Neuquén, Argentina. Al principio, buscó algún trabajo para poder costear los estudios de sus hijas, llegando a la estancia de Quilquihué. El dueño de la estancia era Manuel Mora. Éste no tardaría en acosar a la madre de Laura, presionándola para que la atendiera como una esposa pero sin mediar un compromiso formal entre ambos, a cambio de costear los estudios de sus hijas, y permanecer en la estancia.
Es así como Laura ingresa al colegio "Las Hijas de María Auxiliadora", que pertenece a la Congregación Salesiana, donde fue instruida tanto en lo cultural como en lo cristiano. Es así como, junto con el ejemplo de su padre y las religiosas que la educaban, fue descubriendo a Dios.
En 1900 Laura es internada en el colegio de las Hermanas Salesianas de María Auxiliadora en el colegio de Junín de los Andes.
Allí, en clase de religión, al oír que la profesora dice que a Dios le disgustan mucho los que viven en unión libre, sin casarse, la niña cae desmayada de espanto. En la próxima clase de religión, cuando la religiosa empieza a hablar otra vez de unión libre, la niña empieza a palidecer. La profesora cambia de tema pero consulta el caso con la hermana directora del colegio: "¿Por qué será que Laura Vicuña se asusta tanto cuando se habla del pecado que es el vivir en unión libre?". La superiora le aconseja: "Vuelva a tratar de ese tema, y si ve que la niña se asusta, cambie de tema". Así lo hace.
Laurita se ha dado cuenta de un gravísimo mal: su madre, el ser que ella más ama en el mundo, después de Dios y la Virgen, su mamá Mercedes, vive en pecado mortal y está en grave peligro de condenación eterna. ¡Es terrible!.
Y Laura hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone a ese hombre con el cual vive en pecado. Comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. El le dice: "Mira que eso es muy serio. Dios puede aceptarte tu propuesta y te puede llegar la muerte muy pronto". Pero la niña está resuelta a salvar el alma de la mamá a cualquier costo, y ofrece su vida al Señor Dios, en sacrificio para salvar el alma de la propia madre.
En el colegio es admirada por las demás alumnas como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las superioras se quedan maravilladas de su obediencia y del enorme amor que siente por Jesús Sacramentado y por María Auxiliadora.
El día de su primera comunión 2 de junio de 1901, ofrece su vida en sacrificio a Jesús, y al ser admitida como "Hija de María", consagra su pureza a la Sma. Virgen María.
Va a pasar vacaciones a donde vive su madre. Manuel Mora trata de irrespetarla pero ella no lo permite. Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente por él pero no admite ningún irrespeto a su virtud. Manuel aprende a respetarla.
En una gran inundación que invade el colegio, Laura por salvar la vida de las más pequeñas, pasa largas horas de la noche entre las friísimas aguas sacando niñas en peligro, y adquiere una dolorosa enfermedad en los riñones. Dios empieza a aceptar el sacrificio que le ofreció por salvar el alma de su mamá.
Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Siente enorme tristeza al oír de los superiores que no la podrán aceptar como religiosa porque su madre vive en concubinato. Sigue orando por ella. Cae a cama. Dolores intensísimos. Vómitos continuos. Se retuerce del dolor. La vida de Laura se está apagando.
"Señor: que yo sufra todo lo que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve".
Va a entrar en agonía. La madre se acerca."Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tu no vivas más en unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente".Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?
"¡Ay hija mía! Exclama doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo. Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida. Desde hoy cambiará mi vida".
Laura manda llamar al Padre Confesor. "Padre, mi mamá promete solemnemente a Dios abandonar desde hoy mismo a aquel hombre". Madre e hija se abrazan llorando.
Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Siente que ya nada le retiene en esta tierra. La Divina Misericordia ha triunfado en el corazón de su amadísma mamacita. Su misión en este mundo ya está cumplida. Dios la llama al Paraíso.
Recibe la unción de los enfermos y su última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a su lecho de moribunda le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima!.
Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús, gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904. Iba a cumplir los 13 años.
La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.
Laura Vicuña ha hecho muchos milagros a los que le piden que rece por ellos ante Nuestro Señor.Sus restos se encuentran en la capilla de María Auxiliadora.El Papa Juan Pablo II la beatificó en 1988.
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Oremos
Laura VicuñaOh Dios, que en la beata Laura uniste de modo
admirable la fortaleza del espíritu y el candor de la
inocencia, haz que por su intercesión superemos las
dificultades de la vida alcanzando las promesas de los
bienaventurados limpios de corazón. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de
los siglos.
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