14 agosto 2008

Obispo Enrique Angelelli, mártir. { Argentina }

" CON UN OÍDO EN EL PUEBLO Y OTRO EN EL EVANGELIO "





En la década del ´60, en nuestro país y en América Latina, sonaban nuevos aires renovados de una iglesia católica, de un cristianismo militante que irrumpió con las encíclicas de Juan XXIII y posteriormente de Paulo VI.

El concilio Vaticano II, que se llevó a cabo entre el 11 de noviembre de 1962 y el 8 de diciembre de 1965, exhortaba y convocaba a una iglesia ¨comprometida con los pobres y embarcada en la práctica de la liberación¨, así la convocatoria del Papa, conocido como Juan el bueno y cerrado dicho Concilio por Paulo VI, a la muerte de Juan XXIII.En ese planteo de cambio de los fines de la iglesia y su compromiso con los pobres, estaban cientos de sacerdotes, monjas y laicos que a lo ancho y largo de nuestra América se congregaron en 1967 en Medellín, Colombia, para sostener una nueva forma y práctica pastoral.En este compromiso se encontraba Enrique Angelelli, quien a su muerte era el obispo de la provincia de La Rioja, asesinado en agosto de 1976, caso no aclarado y denunciado por los fallecidos obispos Jaime de Nevares y Jorge Novak, y el emérito Miguel Hesayne.



Esos aires de cambio, renovación y compromiso confluyeron en la Segunda Conferencia General del CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano), cuyo documento sobre la violencia en América Latina decía lo siguiente: ¨Nos sentimos en la obligación de afirmar, ante nuestros Obispos y eventualmente ante el mundo, el resultado fundamental de nuestra reflexión pastoral: América Latina, desde hace varios siglos es un continente de violencia [...] y pedimos a nuestros Pastores que en la consideración del problema de la violencia en América Latina se evite por todos los medios equiparar o confundir la violencia injusta de los opresores que sostienen este nefasto sistema, con la justa violencia de los oprimidos, que se ven obligados a recurrir a ella para lograr su liberación¨.El historial de prohibiciones y persecuciones hacia Enrique Angelelli, se remonta hacia principios de la década del ´70. En 1968 había sido nombrado obispo de La Rioja, ya en funciones y con la plena conciencia sobre la elección de su ¨opción por los pobres¨, Angelelli organizó la Cooperativa de Trabajadores Rurales. Esto le sirvió para granjearse años más tarde los resentimientos de Amado Menem, patrón y dueño de Anillaco.En 1971 es levantado un programa de radio que se transmitía en la capital de La Rioja por el entonces gobierno de la autodenominada Revolución Argentina.Durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón es perseguido por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina).
Posteriormente el 4 de agosto de 1976, a meses del golpe de estado, su coche sufre un accidente donde Angelelli aparece brutalmente golpeado y muerto en el paraje riojano Punta de los Llanos.Recordar a monseñor Angelelli es parte de rescatar la memoria, la historia de un pueblo que tiene mártires, tiene ejemplos y tiene faros luminosos para mirar, para imitar y para admirar.¨Desovillando a mi pueblo¨ afirmaba Angelelli, entre la paz y la lucha, entre la justicia y la denuncia de las injusticias transitó sus 53 años, este cura de antecedentes familiares piamonteses.



Un hombre que hizo del compromiso una escuela y una conducta, su ética, pero también la moral de aquellos que prefirieron la búsqueda de un Jesús comprometido.Existen unos que no tienen voz, decía, que son marginados y explotados, y existen otros que tienen privilegios y explotan a los demás. Y se preguntaba ¿esto es lo que quiere Dios?. No. Y mil veces no.La última dictadura no respetó sotanas, hábitos, edades, condición de mujeres, embarazadas o no. Muchos fueron los sacerdotes, monjas y laicos perseguidos, asesinados, torturados y desaparecidos en la última dictadura. Aún en otros países quedan causas abiertas contra represores que están involucrados en esos crímenes de lesa humanidad.


El ¨accidente¨ de Monseñor Angelelli no ha sido aclarado, su acompañante el vicario Arturo Pinto, declaró después del accidente que al partir de Chamical hacia la capital riojana, un Peugeot los perseguía, que fueron arrinconados y la camioneta Fiat volcó. Cuando Pinto se despertó del desmayo, Angelelli estaba muerto y su cuerpo mostraba signos de haber sido brutalmente golpeado.El Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, la Teología para la Liberación y la Opción por los pobres estuvo presente con gran fuerza en comunidades campesinas, villas, barriadas populares, entre los trabajadores, apoyaron todas las manifestaciones de protesta. Su evangelización fue la alfabetización, la denuncia, su práctica y su compromiso en cada misa, en cada homilía para denunciar las injusticias, los atropellos. Para exigir una vida digna, porque siguieron con la fuerza de los hechos aquellas palabras de Jesús: ...pasará un camello por el ojo de una aguja, antes que un rico entre en el reino de los cielos...

No hay comentarios: