Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecha rían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos?
Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos.
Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos.
Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego.
Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras.
Leer el comentario del Evangelio por :
Santa Teresa de Ávila (1515-1582), carmelita descalza y doctora de la Iglesia
El Castillo interior, 5ª Morada 3, 10-11
¡Oh hermanas, cómo se ve claro adónde está de veras el amor del
prójimo en algunas de vosotras, y en las que no está con esta perfección!Si
entendieseis lo que nos importa esta virtud, no traeríais otro estudio.
Cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy
encapotadas cuando están en ella, que parece no se osan bullir ni menear el
pensamiento porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han
tenido, háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la
unión, y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no;
obras quiere el Señor, y que si ves una enferma a quien puedes dar algún
alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella; y
si tiene algún dolor, te duela a tí; y si fuere menester,lo ayunes, porque
ella lo coma, no tanto por ella, como porque sabes que tu Señor quiere
aquello. Esta es la verdadera unión con su voluntad.
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