Junto al parral del patio hay una higuera
que plantara mi padre una mañana
bajo un suave sol de primavera;
hoy lo recuerdo.
Las hojas han caído y la melena
del tibio sol de otoño gira al viento
mientras pájaros cantan y se alejan
en lento vuelo.
No estoy allí para mirar la estrella
que inmóvil contemplaba la llanura
y este toldillo azul que algún poeta
llamara el cielo.
Solo estoy con mi lámpara en la niebla
de una calle del Sur y paraísos
que han dejado su mancha en la vereda;
no alcanzo a verlos.
Por eso vuelvo al patio que me viera
tejer y destejer en largas tardes
con la dudosa voz de la tristeza,
lánguidos sueños.
En él están la luz y las macetas
los malvones abiertos, las calandrias,
la voz inconfundible de mi abuela
y los ojos sonrientes que me abrazan
de mis amigos muertos.
(A Juan M. [Chachi] Larralde)
Un espacio para el crecimiento, la reflexión, la meditacion.
23 septiembre 2009
Con mi lámpara en la niebla
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